De vez en cuando pienso en aquellas cosas que pude haber hecho y no hice. Nunca tengo una respuesta concreta, pero me gusta imaginar lo que habría pasado si… no hubiese conocido a cierta gente, si hubiese elegido otra profesión… Con esto del jurado, meditaba, por ejemplo, en qué habría pasado si no hubiese estado en Puerto Rico cuando me llamaron del Tribunal: cómo hubiese cambiado la decisión del resto del jurado, si no hubiese estado allí.
Que "si aprendes algo", que "son experiencias que te marcan"; puede ser. En mi caso, desarrollé paciencia, conocí lo que es la resignación y lo que es peor: comprobé que "la Justicia" depende de ineptitudes, popularidad y, sobre todo, de mucha suerte.
A pesar de esto, las personas que fungen como jurados son tratadas con cortesía y respeto... En algún lugar del mundo, espero. Aquí continuamente se las amenaza con ser arrestadas si no se presentan al Tribunal. Pueden recibir, por "descuido" tal vez, una merienda con hormigas, gusanos y otros insectos; comparten estacionamiento con coacusados, y no obtienen ninguna protección del Tribunal. (Sin embargo, sería injusta si no reconociera el buen trato de los jueces y los alguaciles una vez comienza el proceso).
Finalmente, meses después, reciben un "jugoso" estipendio de veintiséis dólares (en total) si pasas más de sesenta días dedicadas a la Justicia de su país. A todo lo anterior hay que sumarle la pérdida de horas y dinero que tus patronos deben pagar por tu ausencia al trabajo durante ese tiempo. Si trabajas por tu cuenta, son meses en los que no recibes ni un solo centavo. Todo un derroche de beneficios…
Pero basta de reflexionar sobre la vida y los porqués; ahora hay una preocupación mucho más importante: ¿qué haré con los veintiséis dólares? ¿Los debo donar? Creo que, como "ciudadana responsable", es hora de pensar en mi futuro…
Quizás sea un poco egocentrista creer que tu permanencia en un lugar cambie el resultado de ciertos procesos; aunque en este caso esté convencida de que así es. Para ser jurado, se requiere compromiso e integridad, pero también, abogados cerca. Necesitas saber un poco de las leyes, los delitos y la labor que, en menos de tres horas, te quiere enseñar un juez. Como "ciudadano responsable" —como te llaman constantemente—, quieres tomar la decisión que vaya "más allá de toda duda razonable".
Luego de la deliberación, la sensación que queda es comparable con la muerte de un familiar o el vacío que deja el fin de una relación. Conocer cómo funciona la Justicia en Puerto Rico —y seguramente, en todo el mundo— desilusiona y preocupa. Ver, por ejemplo, cómo realiza sus investigaciones un agente de homicidios te dice cuántas personas culpables están libres, y lo que es peor: cuántos inocentes están en las cárceles.
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